miércoles, 10 de julio de 2013

De vuelta

Holaaa, hace mucho que no vengo por aquí, pero ya estoy de vuelta y preparada para lo que se me viene encima.

En la última entrada puse que nos íbamos a Lacaneau un par de días, bueno pues al final en lugar del sábado, nos fuimos el domingo por que no nos dio tiempo. Así que el sábado pude ir a cenar con Edurne y su familia a un restaurante pakistaní en Burdeos. Me gusta mucho esa ciudad, tiene mucho encanto, y mucha vida.

Acababa de trabajar a las 17:30, ellos ya estaban en Burdeos de compras, el siguiente tren era a las 18:09. Corrí como un cervatillo, blusa, pitillos, sandalias, bolso y maquillaje. Llegué a la estación en 15 minutos clavados, llevaba un billete de tren de otro día que se me olvidó validar pero resultó que todo mi esfuerzo fue en vano, porque para ese tren se necesitaba reserva. Mi gozo en un pozo cuando además el siguiente no era hasta dentro de hora y media... Por suerte había un autobús que salía ya y llegué en una media hora. Cenamos cositas y ricas y probé un vino indio muy bueno, al acabar dimos un paseo los seis pero se puso a llover así que muy cortito.

El día siguiente; domingo, el día clave, había que organizarlo todo para el viaje, maletas, niños... Basicamente meter la casa entera en el coche. Sin embargo, yo no estaba para esos trotes ni mucho menos. Pasé una noche horrible entre helada y acalorada y un dolor de cabeza insoportable, y cuando digo insoportable digo que no me podía mover ni un músculo o sentía que la cabeza me iba a explotar. Quería que alguien me decapitase de lo mucho que me dolía. Hice lo que pude entre paracetamol y paracetamol. En el coche creí morirme y aguanté el resto del día como buenamente pude y en cuanto los niños se durmieron, me acosté.

La casa de Lacaneau era enana. Un baño para tres adultos y tres niños; duro. Mi cama era una litera doble demasiado alta, con unas escaleras nada seguras. El segundo día mi jaqueca había desaparecido parcialmente y en mis horas libres pude ir a la playa a coger algo de colorcillo, y así llegó el día en el que me iba POR FIN, parecía que nunca iba a llegar. Charlotte me llevó al aeropuerto con Florelia quien lloró cuando me fui :'(. Me dio cosita irme, pero tan pronto les perdí de vista volví a alegrarme para poder disfrutar al máximo de mi semana de vacaciones.

Hoy he vuelto. Me ha recogido la abuela Touna (que no Tuna, perdonadme) quien es un peligro al volante y hemos venido a su casa de Arcachon. Mi mayor deseo; wifi. Lo tienen y muy buena señal en mi cuarto. La casa es enorme y preciosa, tiene muchísimas habitaciones y una cocina muy grande. Un jardín también grande y estamos a cinco minutos de la playa. Mi habitación es pequeña pero está muy bien, tengo salida al jardín y baño propio, así que de momento no me quejo. Ahora están aquí Dimitri y Natasha (9 y 10 años) que son hijos de la sobrina de la abuela y de una de las hijas. Nada más llegar, me ha recibido el pequeño botones de 9 añitos, me ha dicho que soy muy guapa y me ha llevado el maletón a la habitación. Tendré que darle una propina al servicio si se portan tan  bien;). A Natasha le gusto mucho, me sigue un poco y le gustan mis cosas... Cosas que espero que no toque si no estoy delante.

Después de cenar me he ido a duchar y me encontrado con que no había agua caliente así que me he duchado más o menos y que además había un inquilino en la cortina de ducha, un escarabajo como un pulgar de gordo. No se que hacer con él... Y no quiero entrar en la ducha mientras haya okupas. Ya veré que hago, lo consultaré con la almohada esta noche.

Bon nuit!

2 comentarios:

  1. jaja qué ha sido del escarabajo okupa? Acacbo de descubrir tu blog :) te añado a mi lista de lectura! Voy a ponerme al día!

    Un beso!

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    1. Ha desaparecido... No se si es bueno o malo jaja. Muchas gracias!

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